Querido padrastro,
No sé por dónde empezar a agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Desde que llegaste a nuestras vidas, has sido un verdadero ángel guardián para mí, siempre pendiente de mi bienestar y cuidando de mí con tanto amor y dedicación como si fuera tu propio hijo.
Recuerdo cuando te conocí por primera vez, estaba un poco asustado y no sabía qué esperar. Pero desde el primer momento, me hiciste sentir como en casa. Me hablaste con cariño y paciencia, y poco a poco fuiste ganándote mi confianza y mi corazón.
Gracias por todas las veces que has estado a mi lado, ya sea para ayudarme con mi tarea, para escucharme cuando necesitaba desahogarme o para celebrar mis logros conmigo. Nunca me has juzgado ni criticado, siempre has estado ahí para mí, ofreciéndome tu apoyo incondicional y tu sabiduría.
Gracias por ser un modelo a seguir para mí. Me has enseñado muchas cosas valiosas en la vida, como la importancia del trabajo duro, la honestidad, la amabilidad y la paciencia. Me has inspirado a ser una mejor persona cada día, y te agradezco por eso.
Sé que no es fácil ser un padrastro, y mucho menos cuando el niño ya tiene un padre biológico. Pero tú lo has hecho con tanto amor y dedicación que nunca me he sentido desplazado o menos querido. Al contrario, siento que tengo dos padres maravillosos que me aman incondicionalmente, y eso es algo que no tiene precio.
Gracias por ser mi amigo, mi confidente y mi protector. Siempre estaré agradecido por todo lo que has hecho por mí, y nunca olvidaré el amor y el cariño que me has brindado. Eres un verdadero héroe para mí, y te quiero mucho.
Con todo mi cariño,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario